“En espiral hacia el centro, al centro del corazón, soy el tejido, soy el tejedor, soy el sueño y el soñador”.

Canto chamánico.

Éste ritual nos alienta a caminar al centro de nuestro corazón, para escucharnos y reorientar nuestra voz interior hacia objetivos saludables. Vamos de uno en uno caminando descalzos por la espiral trazada en la arena o diseñada con elementos naturales. Los pies surcan el camino mientras recordamos aquello que queremos dejar atrás, yo te espero en el centro para armonizar tus cuatro elementos fuego, agua, aire y tierra, a través del sonido y diferentes objetos de poder, después continuamos caminando hacia la salida de esta espiral, que nos proyecta a lo nuevo.

El gesto de fijar la atención en la pisada nos trae al continuo presente, previamente al paseo recordamos lo que queremos soltar mediante la escritura y también lo que queremos atraer, nos llevamos a casa un regalo simbólico cargado de buena energía que nos ayuda a recordar lo que queremos conseguir en esta vida, sin postergarlo y poniendo foco en ser felices.

En la espiral la naturaleza está muy presente, su fuerza curativa es de vital importancia. Los sitios elegidos para desarrollarla son inspiradores y están llenos de belleza.